Cuándo se inventaron los coches eléctricos
Aunque parezca mentira, los coches eléctricos no son una invención moderna. De hecho, existían antes que los automóviles diésel y gasolina. Ya en el siglo XIX, entre 1832 y 1839, Robert Anderson, un inventor escocés, desarrolló el primer vehículo eléctrico puro. En paralelo, en torno a 1835, el profesor Sibrandus Stratingh de Groninga patentó y construyó vehículos eléctricos a escala reducida.
Francia y Reino Unido fueron los países pioneros en fomentar el desarrollo generalizado de vehículos eléctricos, pero lo cierto es que no tuvieron demasiado éxito comercial. A causa de las limitaciones tecnológicas, la velocidad máxima que podían alcanzar estos primeros vehículos eléctricos era de unos escasos 32 km/h, de ahí que fueran reservados a las clases altas y a las mujeres, principalmente.
La firma automovilística Peugeot fue una de las primeras en lanzar al mercado un coche eléctrico. Fue en el año 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, en parte motivado por la escasez de combustible. El vehículo en cuestión se llamó Peugeot VLV , un cabrio de dos plazas destinado a uso urbano con una revolucionaria tecnología eléctrica para aquella época. Contaba con una autonomía de 80 km y alcanzaba los 30 km/h.
En España, Emilio de la Cuadra fue uno de los primeros impulsores, tras una visita a la Exposición Internacional de la Electricidad de París.
La introducción del sistema de arranque eléctrico, junto con las cadenas de montaje, propiciaron la paulatina erradicación del vehículo eléctrico. Así, hacia finales de 1930 la industria del automóvil eléctrico había desaparecido casi por completo. Hasta ahora.
De qué partes se compone un coche eléctrico
Motor: El motor de un coche eléctrico puede ser un motor de corriente alterna o de corriente continua. Puede tener uno o varios, dependiendo del diseño. También recupera energía.
Cargador: Absorbe la electricidad de forma alterna directamente desde la red y la transforma en corriente continua, para de este modo poder cargar la batería principal.
Baterías: Las baterías de iones de litio almacenan la energía proveniente del cargador en forma de corriente continua. Así se alimenta todo el coche eléctrico. En los coches eléctricos que tienen un motor eléctrico de corriente alterna, la batería va conectada a un inversor.
Transformadores: Los transformadores convierten la corriente alterna, que es la que se suministra por la red, en corriente continua, que es la que se acumula en las baterías.
Inversores: Los inversores transforman la corriente continua en corriente alterna.
Controladores: Comprueban el correcto funcionamiento por eficiencia y seguridad y regulan la energía que recibe o recarga el motor.